Seguridad alimentaria: margen de mejora
En el contexto de la alimentación, los próximos 20-40 años serán los más importantes de todos los tiempos.
Los sistemas que suministran los alimentos a nuestra mesa están bajo una presión muy grande. El 40% de la superficie cultibable a la tierra se utiliza por la agricultura, el 70% del agua dulce total va destinada al cultivo, y el 25% de los gases del efecto invernadero también provienen de la agricultura. Aun así, las pérdidas de alimentos antes y después de la cosecha y los residuos de los alimentos después de la producción pueden llegar hasta un 60-80% en algunos casos. La producción global actual de alimentos se suficiente para alimentar en toda una población una vez y media; aun así, una de cada ocho personas sufre desnutrición crónica. 800 millones de personas pasan hambre y 1.900 millones tienen sobrepeso u obesidad.
El desafío que se enfrenta la seguridad alimentaría es mayúsculo. A pesar de tener el suministro de alimentos más seguro de la historia, muchos consumidores de Occidente siguen muy preocupados por su comida.
Paralelamente, la sociedad esta presenciando un «cambio de confianza» en las instituciones tradicionales a la confianza social en la llamada economía colaborativa. Cada vez más se genera más confianza de la opinión publica y creencia emocional o personal que los hechos objetivos, es el que Oxford Dictionaris propuso como palabra del año 2016: «Posttruth».
Afortunadamente, existen soluciones por los retos mencionados, pero implican una transformación de la forma actual de ver la producción, la fabricación y el consumo de los alimentos. Esto incluirá descartar alguna idea del pasado y adoptar nuevas herramientas y paradigmas.